
¿Me descalzas?
¿Salud o moda? Andar con los pies descalzos no es moda, es salud.
La profundización en estos últimos años en los beneficios que tiene para el desarrollo del niño la adquisición de una adecuada integración sensorial nos hace plenamente conscientes de la importancia que tiene que el niño esté la mayor parte del tiempo posible con sus pies descalzos.
Estar descalzo permite que la musculatura trabaje de forma natural. Los pies del niño son, prácticamente, todo cartílago y estar descalzo y apoyarlos en cualquier tipo de superficie fortalecerá la musculatura del pie y del tobillo, además de ayudar a la corrección del arco plantar ya que hasta los 3 años suelen tener los pies planos.
El niño comienza a conocer su cuerpo y, sobre todo, percibe sensaciones. Los pies tienen muchísimas terminaciones nerviosas por lo que facilitará, además de la estabilidad y el equilibrio, el desarrollo del sentido de la propiocepción y, en consecuencia, conocerá el entorno que le rodea.
Los pies reciben, gracias a todas esas terminaciones nerviosas que hemos comentado, muchísima información sensorial por las diferentes texturas del suelo, las distintas temperaturas, la diferencia humedad, el dolor… Al niño le llega a través de sus pies muchísima información al cerebro.
Siempre hemos enfatizado que todo niño debe adquirir un adecuado y correcto desarrollo motor y sensorial para ser capaz de alcanzar el desarrollo cognitivo.
En los bebés, los pies descalzos permitirán que el dedo gordo del pie, al estar libre, permita impulsar el reptar, primero, y gatear, después, ambos desplazamientos fundamentales en el futuro desarrollo cognitivo.
Los pies descalzos facilitan el agarre al suelo al desplazarse, se evitan resbalones. Esa capacidad de agarre favorece el control del equilibrio y, por tanto, la estabilidad, además de la sensación de libertad que les proporciona.
¿Entendemos ahora por qué se quitan continuamente los zapatos y los calcetines?
- Los zapatos restan sensibilidad táctil y el movimiento en libertad.
- Los zapatos deben ponerse sólo cuando sean necesarios y en entornos controlados.
- Los zapatos nunca deberían ser heredados y siempre ser de su talla, ni más grandes, para que duren más, ni más pequeños, porque les hacen daño y pueden alterar el crecimiento sano del pie.
- Los zapatos deben permitir el movimiento del pie y transmitir todos los estímulos que tiene que recibir el niño.
- Los zapatos deben ponerse en la calle, cuando el niño va andando el 80% del tiempo.
- Los zapatos, siempre de buena calidad, no de plástico ni polipiel porque el pie del niño suda mucho.
¿Cuándo son necesarios los zapatos?
- Cuando el niño camina de puntillas y tiene más de dos años.
- Cuando el niño no consigue dar pasos de forma independiente y lleva 4 o 5 meses realizando la marcha lateral.
- Cuando le cuesta trabajo ponerse de pie con más de 12 meses.
¿Verdad que ahora entendemos mejor por qué un gesto tan simple como andar descalzo es tan beneficioso para el desarrollo cognitivo de tu bebé?
Leave a Reply