
¿Por qué mienten los niños?
Los niños suelen mentir por frustración o por un exceso de exigencia. Veremos en detalle por qué mienten los niños.
La frustración puede ser consecuencia de la necesidad de llamar la atención o ante una educación excesivamente autoritaria que “el miedo” les lleva a esta situación.
La sobreprotección y el exceso de permisividad impiden al niño a tolerar la frustración y esto es crucial a lo largo de la vida, saber enfrentarse a los problemas ya que aparecen problemas y hay que hacer frente a ellos.
No todo lo hacemos bien y no se puede hacer sentir a los pequeños que “todo” lo hacen bien y provocar un exceso de protección y permisivismo que en definitiva lo que estamos haciendo es perjudicar gravemente a esa personita.
A nuestros hijos hay que dejarlos crecer. Desde edades muy tempranas hay que educarlos en autonomía y responsabilidad personal y decirle “tú puedes” y “yo te ayudo”, situación muy diferente al “yo te lo hago”.
Para que los niños y niñas aprendan hábitos en el hacer, hay que animarlos y enseñarles desde muy pequeños y para eso necesitan que se les dedique tiempo y mucha paciencia. “Nadie hemos nacido enseñados” y de esa manera luchar y enfrentarse a lo que nos frustra.
Cómo trabajar con los niños para evitar la mentira
- Si le damos todo hecho, no le damos la oportunidad de que se equivoque y de que pida ayuda o que rectifique.
- Las cabezonadas, acompañadas de unos berrinches que ponen muy nervioso al adulto más cercano o las famosas rabietas, ¡¡dejemos que las tengan!!, no les pasa nada. Al contrario, cuando ellos se den cuenta “que no nos preocupa que chille”, optará por intentarlo de otra manera.
- Educar en valores es clave pero “tienen que saber que las cosas no se hacen solas”, cuestan esfuerzo y sacrificio: eduquémosles en lo importante que es esforzarse y el bienestar que producen las cosas bien hechas.
- Lo que queramos que hagan, ¿qué queremos conseguir? debe ser acorde con la edad y posibilidades que presenta el niño en su proceso evolutivo. Todas las órdenes deben ser progresivas: primero una, después y pasado un tiempo dos y así sucesivamente.
- Enseñarle a adquirir una autorregulación, capacidad metacognitiva que lleva a la persona a que cuando se equivoca, se da cuenta de que hay que modificar ese hacer y busca una estrategia diferente para hacerlo. En definitiva lo que se logra es que de los errores se aprende y se transforma esa frustración que hubiera tenido antes en un aprendizaje muy elaborado
- Perseverancia, virtud importantísima. Hacer las cosas y hacerlas bien cuesta trabajo y para ellos hay que repetir una, dos, tres…, hasta que por fin, nos salga bien. Quienes adquieren la virtud de la perseverancia llegan muy lejos porque “no se rinden”.
La edad de inicio habitual para iniciarse en la mentira es a partir de los 7 años pero puede darse antes.
Hay niños que por proceso evolutivo, a partir de los dos años de edad empiezan a darse cuenta que son seres diferentes e independientes y que de alguna manera de sus actuaciones, palabras, reacciones etc…, logran que los adultos “hagan lo que ellos quieren”, es decir, estamos a las órdenes de lo que nos diga o quiera un pequeño de poco más de dos años y eso no es lo que queremos.
La mentira en estas edades, suele ser producto de su imaginación, son incapaces de diferenciar entre lo real y lo imaginario pero, sin embargo, hay autores que discrepan. Dykinson (2005), opina que ya son capaces de mentir porque manifiestan lo contrario de lo que han hecho y parecen hacerlo con intención.
Los motivos de por qué mienten los niños o no dicen la verdad (porque una verdad a medias, también se debe considerar mentira), no difieren mucho de lo de los adultos.
Motivos por los que mienten los niños
- Sentirse frustrado porque quiere algo que no logra conseguir
- Llamadas de atención porque se siente desatendido o “no tratado” igual que sus hermanos si es que los tiene. Simplemente, captar la atención del adulto de la forma que sea.
- Educación autoritaria y exceso de exigencia por parte de los padres. “Hacen lo que sea para que sus padres se sientan contentos y ellos se vean al nivel de lo que se les exige”. Los niños no quieren defraudar a sus padres. Los niños quieren que sus padres se sientan orgullosos de ellos.
- Miedo al castigo es una causa muy abundante y uno de los principales motivos en el hecho de la mentira. Falsean la realidad para evitar la reprobación y el posible castigo.
- Imitación: los niños aprenden por imitación. Si alguien cercano al niño miento por diferentes motivos, el niño lo aprende, si más.
¿Qué hacer si mi hijo miente?
Cuando un niño miente, hay que realizar un proceso de modificación de conducta. Necesita interiorizar que “mentir” es algo que no es bueno, es negativo, no se puede aprobar bajo ningún concepto y no es motivo de gracia ya que debemos lograr transmitirle las consecuencias que puede tener esa mentira para todos los que le rodean y lo que puede provocar.
- Razonar con ellos e intentar explicarles de la forma más cercana y sencilla posible la importancia que tiene “decir siempre la verdad”: que nunca pasa nada, con la verdad al fin del mundo, más vale ponerse una vez colorado que cien mil amarillo…
- Los castigos serán proporcionales a la edad del niño y medidos a la falta cometida. No se debe hacer una montaña de algo que en definitiva no va a trascender pero sí que de alguna manera fácil y sencilla llegue a conocer que “eso” no es correcto.
- Reforzar la autoestima en el niño y el autoconcepto. Que tengan confianza y crean en sí mismos es clave y que tengan la certeza que siempre pueden confiar en los adultos porque pase lo que pase o hagan lo que hagan, siempre serán capaces de encontrar la mejor solución
- No mentirle nunca ni que ellos vean que “no se dice la verdad”, por ejemplo: “dile que no estoy”, “dile que no me encuentro bien”, “dile que he salido”… ¿Qué podemos esperar de nuestro mal ejemplo?. De padres que no dicen la verdad, no esperemos que los niños digan la verdad. Lo imitan todo. El buen ejemplo es clave en el proceso educativo.
- Siempre ofrecerle la oportunidad de cambiar de opinión, de poder decir la verdad que antes no ha dicho, de rectificar y si lo hace, felicitarle por haber reconocido su error pero que se deje notar que lo ha hecho mal y que no debe volver a pasar. Un abrazo y un beso en estos casos es el mejor refuerzo positivo.
Conclusiones sobre por qué los niños mienten
“Qué gracioso es”, “qué cosas se le ocurren”, etc… ¡¡jamás!! Deberíamos reírnos ni dejar que se rían otros de la gracia de “la mentira” del niño. Una mentira nunca es una gracia ni es graciosa. No deben apreciar ningún tipo de aprobación ni reconocimiento cuando no dice la verdad.
Ante una pregunta que inicialmente no podemos responder “porque mentiríamos” es mejor responder: ahora mismo eso no lo sé, ¿me dejas un ratito que lo piense?.
Publicado el 14 de octubre de 2014 en Blogger por Verónica García Notario, Directora Escuela Infantil DELPHOS: Educar y disfrutar un Proyecto de Futuro.
http://educarydisfrutarunproyectodefuturo.blogspot.com/2014/10/por-que-mienten-los-ninos.html
Ahora ya sabemos por qué mienten los niños y cómo actuar.
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