
El viento
¿Hay algo más emocionante que cerrar los ojos y escuchar cómo silba? ¿Un sonido que gusta o que asusta?
Cuando el viento sopla fuerte nos impresiona. Los árboles, las plantas, el agua, se pliegan a sus pies reforzando ese silbido que tanto nos maravilla.
El viento suave, cuando hace calor, lo agradecemos infinito, y si no sopla, lo echamos muchísimo de menos: ¡Queremos que corra el aire!
Sin embargo, cuando hace frío, aunque sea suave, intentamos esquivarlo para que no se meta en nuestros orificios nasales, que nos los enfría y nos produce una sensación desagradable.
El viento hace que corran las hojas a velocidad de vértigo y eso divierte mucho a los más pequeños de la casa. Disfrutan mucho con el movimiento que les produce en su ropa, y también de su pelo, que se enreda y baila al mismo tiempo.
Hoy es el día dedicado al viento y queremos que este fenómeno meteorológico se siga produciendo para disfrutar de él con todos los sentidos posibles. Una experiencia sensorial impresionante: se escucha, se percibe si cierras los ojos, si los abres ves cómo el viento hace bailar todo lo que tienes alrededor… El viento te toca con cariño o con brusquedad tu cara, pero tú no puedes tocarlo a él.
¿Tiene color el viento? Cada uno que lo interprete a su manera.
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