
El teatro
El teatro es una de las actividades culturales más importantes, así que resulta obligatorio dedicarle un día.
El teatro es idóneo para todas aquellas personas que son tímidas y les cuesta abrirse en su entorno social más cercano porque les ayuda a superar esa dificultad real que tienen en sus relaciones personales.
Además, ayuda a preparar a la persona para hablar delante del público, lo que favorece el ser y saber estar de la persona, y desarrolla la memoria a largo plazo, porque hay que aprenderse el papel y meterse en él, lo que permite aprender a cambiar la tonalidad y a disfrutar y sentir lo que se está representando. Además, no podemos olvidar el desarrollo de la expresión corporal que acompaña a esos diálogos, aunque no siempre esa expresión vaya acompañada necesariamente de un diálogo.
Relacionándolo con algo más profundo, nuestros niños deben aprender a ser ellos mismos, no dejarse llevar por nadie ni por nada, tener las ideas muy claras y defender lo que piensan. En definitiva, no entrar en el teatro que muchas veces es la vida ni ser una marioneta manejada por nadie.
Afianzar la seguridad, el desarrollo del lenguaje, la fortaleza, la independencia, la responsabilidad personal, la reflexividad y autorregulación será absolutamente necesario para que nuestros hijos sean libres y no manejados por nada ni por nadie.
Trabajemos para que no entren en ningún escenario impuesto y se queden en el público reflexionando sobre lo que ven, pudiendo hacer su propia autocrítica de lo que se les presenta en el día a día y sean capaces de tomar sus propias decisiones.
¡Viva el teatro!
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