
Tres barrios para nuestro pueblo
Érase una vez unos niños que un día como hoy soñaron con ser arquitectos, las personas que estudian la manera de hacer una casa, el diseño de la misma, los materiales a utilizar, la densidad de estos, la profundidad de los cimientos, etc.
Los pequeños trotamundos decidieron hacer un concurso para comprobar quién era más hábil en el proceso de construcción de pequeñas viviendas.
El barrio rojo, el barrio naranja y el barrio amarillo. ¿Cuál de ellos tendrá más éxito?
En todos ellos había edificios de diferentes tamaños: más altos, más bajos, más anchos, más estrechos, con muchas ventanas y puertas, con sólo una puerta y menos ventanas…
El resultado ha sido que todos nuestros trotamundos han demostrado ser muy habilidosos para la construcción de casas. El ejercicio ha servido para comprobar que todo lo que hace uno mismo con esfuerzo personal tiene un valor enorme y no sólo porque lo han hecho ellos solos, sino gracias a un trabajo en equipo, con carácter cooperativo, coordinado y dirigido en medio de un ambiente lúdico, relajado, lleno de risas y poniéndonos de pintura hasta arriba.
Han hecho uso de diferentes utensilios: rodillos, brochas gordas y finas, pinceles e, incluso, las propias manos, y todos han servido para concentrarnos en el trabajo y conseguir la necesaria coordinación óculo manual para llevar la pintura del bote a la casita prefabricada.
¡Qué bien nos lo hemos pasado!
Además, hemos contado con una directora de proyecto muy especial que nos ha orientado para ir colocando nuestros barrios, nos ha dirigido y, además, nos ha aportado muchas ideas y sugerencias de mejora, la mamá de Hugo, que además de gran profesional en el sector de la arquitectura tiene otra profesión muchísimo más relevante: la de ser mamá.
Gracias por prestarnos este ratito de tu valioso tiempo. Esperamos que hayas disfrutado tanto como lo hemos hecho nosotros y los pequeños trotamundos.
Leave a Reply