
¿Por qué se chupa tanto el dedo?
Todos los niños tienen necesidad de chupar desde el mismo momento del nacimiento. El reflejo de succión tiene un fundamento psicológico, porque gracias a ese reflejo se garantiza la supervivencia del recién nacido.
El reflejo de succión, además de permitirle alimentarse, también ayuda al bebé a conciliar el sueño, de ahí que se le ofrezca un chupete cuando se enfrenta a esta tarea, y a controlar aquellas situaciones que al pequeño le generan tensión. Por eso normalmente se calman cunando están llorando y se les ofrece el chupete.
Los niños se llevan las manos a la boca. De esa manera las reconocen como suyas y les sirve de consuelo. Sin embargo, lo que ocurre es que en muchas ocasiones “descubren el dedo” y chuparse el dedo les genera placer. El dedo es parte suya y les encanta.
Conforme el niño crece, la boca, además, le va a servir para conocer su entorno más inmediato: “todo se lo llevan a la boca”, ayudándose de sus manos, que les sirven a su vez para explorar el tamaño, la forma y el peso del objeto.
Cuando el niño ha descubierto el valor de su dedo, suele llevárselo a la boca en momentos de sueño o hambre y también cuando busca consuelo. Por eso, es mejor intentar que cojan un chupete, que no se habitúen al dedo, porque el chupete “desaparece”, ya que es un objeto extraño para él y no forma parte de su propio cuerpo, pero el dedo sigue en su mano para siempre y llega un momento que ese dedo puede sufrir de grietas muy dolorosas y difíciles de curar, porque la saliva está hecha para ayudar a destruir el alimento, y eso mismo pasa con el dedo, que la saliva del niño lo machaca.
El reflejo de succión del niño desaparece aproximadamente al año de vida, pero el niño, si está habituado al chupete o al dedo, lo seguirá utilizando para hacer frente a esas situaciones que le generan tensión, hambre o sueño.
El chupete podemos dejárselo sin problema hasta los 3 años, pero, para evitar problemas de paladar, es bueno empezar a reducir los tiempos de chupete y, si no lo reclama, ¿para que se lo vamos a ofrecer? Sin embargo, el dedo es mucho más incontrolable, porque se encuentra en su mano y, lógicamente, se lo lleva a la boca cuando lo cree conveniente y le apetece.
Si no ayudamos al niño a dejar de chupar pronto, esto le generará dependencia, y eso nunca es bueno, porque un mal hábito puede durar muchos años. Incluso, el uso del dedo produce problemas en el paladar en ocasiones muy importantes que después obligan a tratamientos de ortodoncia desde edades muy tempranas.
Si el niño a los 7 años sigue chupándose el dedo, recomendamos pedir ayuda al especialista, porque de alguna manera demuestra inseguridad y, por supuesto, si ese dedo presenta arrugas y marcas, como se ha comentado anteriormente, delata la persistencia de una conducta nada aconsejable y difícil de quitar.
¿Qué consecuencias puede tener que el niño se chupe el dedo? Las consecuencias dependerán de la intensidad del mal hábito y de cuánto tiempo lo haga:
- Problemas con la dentición: puede verse alterado el crecimiento de los dientes.
- Atrofia del maxilar superior.
¿Qué consecuencias puede tener que se extienda el uso del chupete?
- Infecciones, porque cada vez es más incontrolable saber dónde pone el chupete o por dónde lo arrastra o qué toca con él.
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Problemas de pronunciación en el desarrollo del lenguaje.
- Problemas con la dentición, ya que puede verse alterado el crecimiento de los dientes.
- Atrofia del maxilar superior.
Por tanto, es muy importante que el chupete o el dedo hayan desaparecido en el momento que han aparecido los dientes definitivos.
Consejo: Si no quiere chupete, no te empeñes, pero si se empieza a meter el dedo, insiste en el chupete, ya que es bastante más fácil quitar ese hábito.
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