
Día del padre 2021
El orgullo de ser y sentirse padre.
Hoy conmemoramos el Día de San José, el cual representa a todos los padres del mundo por su buen trato y responsabilidad hacia los hijos.
El padre es el complemento de la madre, lo que no quiere decir que sea su sustituto. Un padre no sustituye a la madre ni viceversa. Otra cosa es que pueda realizar las mismas labores en los cuidados del pequeño y con la misma responsabilidad e implicación.
En las familias en las que ambos progenitores, madre y padre, esperan un bebé, la aceptación de buen grado y con alegría de ese hijo que se está gestando es muy importante para que después del nacimiento el niño perciba lo importante que es. Pero los niños no sólo traen alegrías; traen también mucho cansancio, preocupación e incertidumbre, pero son tan nuestros que no podemos evitar tener ese amor enorme e incondicional por ellos.
El padre representa en los primeros años de vida la fuerza, el juego, el regazo grande, las carreras, el consuelo y los risas a lo bruto.
El padre es un auténtico maestro de cosas muy diferentes a las que pueda enseñar la madre, simplemente porque la funciones naturales del padre y su forma de hacerlas son bastante diferentes.
La educación de nuestros hijos debe basarse en la coherencia ya que en muchas ocasiones los hijos más que unir a las parejas, las separan. Es muy normal que se generen tensiones en la pareja cuando los padres no están de acuerdo en lo que hay que hacer con el niño, ni en la forma de hacerlo, algo de lo que los niños no deberían ni siquiera percatarse.
El padre, se convierte en el verdadero protagonista en la adolescencia por lo que hasta ese momento hay que tener un poco de paciencia y permitir el protagonismo e importancia real de la madre a lo largo de los primeros años de vida del niño.
El padre, durante la primera y segunda infancia, debe prepararse para esa etapa que en ocasiones es infinitamente más complicada que los primeros años de vida. El niño presenta momentos propios del desarrollo y maduración que poco a poco nos van a ir preparando:
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Los dos años, en los que se produce un cambio muy importante en el comportamiento del pequeño, con las famosas rabietas que en muchísimas ocasiones son complicadísimas de gestionar.
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Los cuatro/cinco años, en los que el niño sufre otro cambio de reafirmación personal y se hace muchas preguntas a las que se debería contestar siempre.
Conocer el proceso evolutivo de la persona ayudará en ese importantísimo proceso educativo de nuestros hijos, con el que mejoraremos la comprensión, el buen hacer, la firmeza, la flexibilidad, la comunicación y la escucha.
Finalizamos recordando algo muy importante: “Toda ayuda innecesaria limita al que la recibe”, por lo que dejadle que crezca cayéndose y levantándose él solito. Esa es la vida.
¡Felicidades, papá!
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