
Día de los animales
Los niños y los animales forman un gran equipo.
Son una gran motivación para jugar, convirtiéndose en muchas ocasiones en los mejores compañeros de juego, por lo que el apoyo emocional que prestan es muy importante.
Aunque depende del animal con el que se conviva, en general fomentan la responsabilidad personal porque, al necesitar cuidados específicos, hay que cumplir con diversas tareas: sacarlos, lavarlos, peinarlos, retirar sus excrementos de la arena, poner limpia la cama, llevarlos al veterinario si están enfermos, etc.
Un animal genera endorfinas al acariciarle y, por tanto, nos tranquiliza y consuela cuando estamos tristes.
También generan mucha alegría cuando nos reciben felices al llegar a casa y quieren que les acariciemos demostrándonos que también necesitan de nuestra atención.
Hay mascotas que no son expresivas, como puede ser una tortuga o un pez, pero también despiertan la motivación en los niños: cambiar el agua, darles de comer y observarlos es simplemente fantástico.
Los niños que se crían al lado de animales normalmente son mucho más empáticos, pierden el miedo a interactuar con ellos y su nivel de inmunización es más alto.
Nuestra recomendación es que los niños puedan criarse junto con una mascota viva.
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