
Psicomotricidad Aucouturier
Para tratar este tema vamos a comenzar por establecer la diferencia entre “Educación Temprana” y “Atención Temprana”.
Se trata de dos conceptos cuyo enfoque y objetivo son claramente diferentes:
- Educación Temprana: Una educación temprana es la que promueve el máximo potencial de desarrollo en niños normotípicos, en un ambiente enriquecido y con interacciones afectivas sanas y positivas.
- Atención Temprana: Se trata de un conjunto de acciones dirigidas a dar respuesta efectiva, concreta y de forma global e interdisciplinar a niños con retraso en el desarrollo o tienen riesgo de padecerlos (carácter preventivo), atendiendo también a la familia y su entorno.
Diferenciamos estos dos conceptos porque la educación temprana deberían recibirla todos los niños sin excepción.
Lo ideal es que el niño disfrute de la libertad de movimiento desde el mismo momento en el que nace. Ya desde el mismo momento del parto comparte con la madre la “Balasana”, que se traduce como “postura (asana) del niño (bala)” en posición boca abajo (decúbito prono), dado que es la postura natural desde la que el niño va a trabajar la musculatura de su cuerpo. Se conoce actualmente como el Tummy Time (“tiempo boca abajo”), la cual ayuda a los niños a ejercitar la musculatura del cuello, hombros y tronco, claves para lograr el volteo, sentarse, aplicar la fuerza necesaria para empujar o atraer un objeto, reptar, gatear y caminar.
¿Por qué la práctica de la Psicomotricidad Aucouturier?
La Psicomotricidad Aucouturier, técnica pedagógica que nace en los años 70 y que trata de fomentar al máximo la autonomía en el niño, actualmente forma parte de las estrategias más innovadoras en la atención y educación temprana.
El auge de su práctica se debe a que cada vez otorgamos más importancia al aprendizaje y educación de los más pequeños desde las edades más tempranas.
Su premisa es que las funciones cognitivas, el movimiento y la autonomía se desarrollan de forma unificada:
- En primer lugar, las experiencias corporales se conciben como la base para el desarrollo físico porque, primero, el niño tiene que lograr moverse.
- El desarrollo emocional, después, porque el movimiento le hace sentirse bien al niño y alcanzar lo que le interesa, lo que le permite descubrir y explorar de forma independiente y autónoma.
- El desarrollo cognitivo se logra gracias a las dos adquisiciones anteriores y pone el foco en la comunicación: el niño se comunica con el entorno que va conociendo y se expresa de forma no verbal, forma de comunicación importantísima en este periodo, aunque también se produzca la emisión de sonidos, que podrían ser el inicio de la comunicación verbal.
Esta técnica plantea actividades que fomentan la creatividad y el juego activo del niño para que éste progrese en su propia autonomía y emancipación y tenga ganas de ser él mismo y avanzar hacia sus intereses.
Los elementos orientados al desarrollo sensoriomotor son cruciales en la Psicomotricidad Aucouturier, pudiéndose llevar juegos pautados o no, dependiendo de los objetivos y las necesidades del niño (por ejemplo, si necesita descansar, se permite el descanso).
¿Cómo se lleva a cabo una actividad de psicomotricidad Aucouturier?
Esta técnica psicomotriz implica la existencia de unas normas que los niños deben cumplir cuando va dirigida a niños un poco más mayores (por ejemplo, de 2 a 3 años). Aunque sean muy pequeños y aún no estén en la etapa de respetar normas, se intenta y se insiste, por lo que antes de empezar deben explicarse o recordarse y a continuación se inicia la fase de expresividad, movimientos, inhibiciones, ruido, silencio… Se trata de un momento increíblemente divertido donde lo que se potencia es el juego libre: subir, bajar, derribar, construir, saltar, correr, trepar, etc. Se desprende mucha energía.
Una vez cansados se les lleva a una actividad de relajación, pero de escucha activa, donde se va a trabajar la atención sostenida, a corto, medio y largo plazo, porque se va a contar una historia en la que tienen que participar. Si al hacerlo se expresan con el cuerpo será la experiencia perfecta, porque lo que se pretende conseguir en esta fase es el desarrollo simbólico con la ayuda del cuento o historia que se está contando.
Una vez que los niños son conscientes del ambiente más relajado, se pasa a plasmar la actividad gráficamente (lo que se denomina “expresividad gráfica”) por medio de construcciones, juegos simbólicos e, incluso, con materiales de dibujar y papel para que puedan trasladar lo que sienten.
Una vez finalizada la sesión, se recoge toda el aula y nos despedimos hasta que vayamos a realizar la próxima.
En nuestra escuela somos plenamente conscientes de que la psicomotricidad (el desarrollo motor) es la base de la autonomía de la persona y, por eso, el trabajo psicomotriz es continuo.
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