
Movimiento libre: qué ventajas tiene para el bebé conocer el mundo a su ritmo
El movimiento libre consiste en permitir al bebé que pueda desplazarse según sus posibilidades desde el primer día de vida, sin poner interferencias ni frenar los logros que va adquiriendo por parte de los adultos que le cuidan.
Si queremos que tenga un correcto desarrollo motriz y cognitivo es imprescindible dejar al niño boca abajo desde los primeros días de vida para que el niño empiece a trabajar su cuerpo.
Cualquier actividad que hagamos para colocar, mover o proteger al niño será adecuada siempre y cuando no paremos el proceso natural del movimiento. Al bebé no debemos colocarle nunca en posturas que previamente no haya conseguido por sí mismo, por ejemplo, sentarlo, ponerlo de pie o voltearlo.
Es muy importante también la amplitud de los espacios. Los espacios amplios ayudan al bebé a moverse y los espacios pequeños limitan el movimiento.
El desarrollo motor es un proceso
El desarrollo motor del niño no es un aprendizaje, es un proceso madurativo, un avance natural de los movimientos del cuerpo que no hay que limitar. Si la postura natural del bebé es estar tumbado, boca arriba o boca abajo, ¿por qué ponerle en una hamaquita?
Cuando nos visitan familias cuyo bebé todavía no ha nacido les explicamos lo importante que es dejarles expandirse desde el primer día de vida y, cuando el niño ya se incorpora, nos damos cuenta de que se trata de un niño fuerte, de ágil movimiento, con el tono adecuado y, por lo general, empieza a gatear a patrón cruzando en el momento adecuado, si es que no lo han hecho ya. Dar libertad de movimiento les ayuda también a ponerse de pie, primero con apoyo y luego sin él, y a dar sus primeros pasos como muy tarde a los 13 meses.
El control cefálico
Otra de las ventajas de permitir al niño moverse libremente es que se suele adelantar el control cefálico. Bien es verdad que el 95% de los niños suelen lograrlo antes de cumplir el tercer mes, pero lo más probable es que el niño al que se le ha dado libertad y se le ha permitido trabajar su cuerpo por sí mismo logre, a lo largo del primer mes de vida, fuerza suficiente para tener bastante control cefálico y pueda volver la cabeza de un lado a otro, sujetándose primero con los brazos extendidos y más tarde apoyándose en los antebrazos, lo que suele conseguirse un poco más adelante, sobre los cuatro meses.
El volteo
Voltear es algo que el niño debe conseguir solo, sin ayuda del adulto. A los 5 meses, aproximadamente, el 50% de la población infantil lo ha conseguido y el 95% a los 8 meses y medio, pero, insistimos, el volteo del pequeño se adelanta si no le hemos puesto límites en su acción motora.
El desplazamiento
Antes de los 9 meses debe haber algún tipo de desplazamiento, como reptar o gatear. Incluso hay niños que andan ya con esa edad, aunque lo normal en estos casos tan precoces es que hayan pasado previamente por todas las etapas previas y hayan disfrutado de libertad desde que han nacido y de un espacio suficientemente amplio que le haya permitido madurar adecuadamente.
Es mucho más interesante que un bebé gatee a patrón cruzado durante bastante tiempo e inicie la marcha a partir de los 11 meses y medio/12 meses, por todos los beneficios que presenta el gateo en el desarrollo de los dos hemisferios cerebrales y por tanto en el desarrollo cognitivo.
La sedestación
¿Cuándo debe sentarse un niño? La sedestación la debe lograr por sí mismo, nosotros no podemos “obligarle a sentarse” cuando no ha sido él quien lo ha logrado, porque estamos dejando atrás un paso fundamental en su desarrollo madurativo.
A los 7 meses los niños ya suelen iniciar una sedestación estable y a los 9 meses y medio el 95% de la población infantil ya lo ha conseguido.
La bipedestación
¿Cuándo comienza a ponerse de pie el bebé? Aproximadamente a los 8 meses, con apoyo, se levanta, se mantiene de pie e intenta, en algunos casos, el desplazamiento. Otros se dejan caer para volver a levantarse. Un descubrimiento muy divertido para ellos y muy importante para su desarrollo madurativo motor.
A los 12 meses el niño suele ser capaz de dar 5 pasos. Entre los 12 y los 16 meses los niños son capaces de practicar la marcha en posición de bipedestación.
Hitos en el desarrollo madurativo
La estimación de los logros, hitos en el desarrollo madurativo del niño, que hemos comentado son, por supuesto, orientativos y basados en las tablas de Haizea- Llevant.
Nuestra experiencia nos informa de que, cuando a los niños se les permite trabajar por sí mismos, su proceso madurativo es siempre más rápido que cuando les limitamos el tiempo de expansión.
Por otro lado, los niños que se han criado en el suelo suelen ser más independientes y exploradores, investigan e inician una manipulación y un desarrollo óculo manual más certero y rápido sin necesidad de estimulación forzada, son ellos mismos los que se van exigiendo más y más y generalmente logran de forma más todo lo que se proponen.
Como hemos dicho previamente, a los niños no hay que obligarles (forzarles) a que se pongan en una determinada postura. Si queremos ayudarles, se debe hacer siempre bajo la supervisión de un especialista en atención temprana o terapeuta ocupacional para que no se realice ningún movimiento que pueda hacer daño al niño.
La secuencia habitual en el desarrollo motor
La secuencia habitual es permitir que niño realice el movimiento por sí mismo y que vaya logrando cada uno de ellos con un proceso ordenado y progresivo.
- Control cefálico, lo que le permite ir consiguiendo la verticalidad progresivamente.
- Apoyo en antebrazos y movimiento de piernas.
- Voltear de arriba abajo y de abajo arriba.
- Inicio de la sedestación, primero conseguida en anillo (girando sobre sí mismo), para tener de forma natural un mejor equilibrio, y más adelante con las piernas estiradas.
- Pasar de la postura de sentado a gatear o de la postura del gateo a sentarse es una señal inequívoca de que el niño comienza a estar preparado para levantarse con apoyo y empezar a guardar el equilibrio en posición de bipedestación. Comenzará con pasos laterales y sujeto a un apoyo, para pasar de forma progresiva a levantarse sin apoyo. Ahí será cuando el niño inicie la marcha: sus primeros pasos.
Es muy importante en este momento que el niño, cuando caiga, caiga bien y no se haga daño en la medida de lo posible, para evitar regresiones en el desarrollo motor.
Os animamos a no tener miedo, a no sobreproteger al niño y permitirle que se mueva libremente y, lógicamente, sólo invadir su movimiento si existe una situación de peligro.
Ellos te necesitan, y mucho, pero menos de lo que creemos. El desarrollo es suyo y, como tal, hay que permitirles que crezcan sanos, fuertes y que sean ellos los que de forma progresiva sean capaces de discernir “por aquí sí, por aquí no”.
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