
El hilo de la cometa
Hoy nos toca filosofar.
¿Se podría comparar de forma lógica la educación de los niños con el precioso vuelo de una cometa?
Cuando vemos volar una cometa no podemos dejar de mirar cómo se mueve, la forma que tiene y, sobre todo, es imposible no disfrutar de la pericia del que la maneja.
Hoy se conmemora el Día de la Cometa, pero también el Día de la Lógica, y nos gustaría encontrar un hilo conductor entre ambos conceptos: uno abstracto y el otro concreto y tangible.
Cuando se fabrica una cometa hay que seguir un proceso lógico y correcto para que pueda volar porque, si no se utiliza ese necesario orden lógico en su fabricación, la cometa no podrá volar.
La lógica es un concepto filosófico que parece fácil de entender, pero no lo es. Es un concepto en el que si decides profundizar pasa como con los niños, que cuesta, y mucho, comprenderlo.
Podemos definirla como:
- Parte de la filosofía que estudia las formas y principios generales que rigen el conocimiento y el pensamiento humano, considerado puramente en sí mismo, sin referencia a los objetos.
- Método o razonamiento en el que las ideas o la sucesión de los hechos se manifiestan o se desarrollan de forma coherente y sin que haya contradicciones entre ellas.
La educación que la familia y la escuela proporciona a los más pequeños podemos equipararla con la relación que queremos establecer entre la lógica y la cometa, ya que ésta va a depender de varios hilos que deben ser muy fuertes y, al mismo tiempo, flexibles.
Los niños tienen que aprender a volar, pero no podemos ni debemos dejar de sujetarlos en ningún momento. Tampoco podemos dejar de estar pendiente de ellos porque se nos escaparían de las manos, pero sin embargo hay que permitir que se caigan y que sean capaces de levantarse solitos.
¿Qué ocurre con las cometas? Que si se nos escapan de las manos es muy difícil volver a recuperarlas, pero si se caen puedes volver a hacer que vuelen.
Las cometas exigen no sólo una adecuada preparación y montaje, sino que también necesitan ser lanzadas al vuelo y que realicemos todos los movimientos necesarios para que con la fuerza del aire vuelen, cuanto más alto mejor, sin permitir que se nos escapen.
El vuelo de la cometa proporciona serenidad, alegría, emociones que te hacen sentir bien y cuanto más alto vuele la cometa, mejor.
Existen muchos tipos de cometas, igual que existen muchos tipos de personas, que ya desde la más tierna infancia nos muestran su temperamento, con el que se nace, y su carácter, que sabemos que se puede modelar.
Al igual que las cometas, los niños necesitan estabilidad. A veces con un hilo es suficiente, pero otros necesitan de más hilos para poder manejarlos (educarlos) bien.
La cometa exige tirar, aflojar y volver a tirar tantas veces como sea necesario para que mantenga el vuelo, y los padres hacemos exactamente lo mismo con los niños: firmeza y flexibilidad para que nuestro pequeño no se caiga, siempre preferiblemente desde un punto de vista positivo y evitando, en la medida de lo posible, levantar la voz.
Ayudemos a nuestros niños a volar, facilitemos ese vuelo, pero permitamos que sean ellos los que vuelen muy, muy alto.
Leave a Reply