
El espejo
¿Por qué trabajamos tanto con el espejo?
A partir de los 8 o 9 meses, cuando los niños se miran en un espejo y descubren una imagen frente a él, les llama mucho la atención ese reflejo de una imagen que no saben que es la suya.
Cada vez que el niño se encuentra con esta situación, intenta investigar ese reflejo, se acerca, lo chupa, lo toca, sonríe, le chilla, porque su inmaduro cerebro cree que es uno de los iguales que le rodean cada día y él usa como súper juguetes.
Ese reflejo le ayuda a poner posturas diversas y a investigar y explorar ese cuerpo que tiene enfrente y que está frío, no puede agarrar y tampoco responde a sus gritos. Esta imagen reflejada le produce una inmensa curiosidad y se convierte en una situación con un atractivo enorme.
¿Cuándo descubren que la imagen es suya?
Lo harán entre los 18 y los 24 meses, dependiendo de su proceso madurativo y su desarrollo evolutivo.
El trabajo con el espejo no se limita al descubrimiento de la imagen de uno mismo, sino que tiene muchos otros beneficios en el desarrollo del niño:
- Le ayuda a comenzar a conocer su imagen y a hacerse idea de su aspecto. En definitiva, va conociendo su propio esquema corporal.
- Al intentar imitar las posturas que él mismo está haciendo, aunque no se dé cuenta, le facilita el control de su propio cuerpo y el equilibrio y eso va a hacer que tropiece menos en cuanto inicie la marcha, evitándose, por tanto, las caídas.
- Favorece el cálculo de las distancias y espacios con una mayor precisión porque lleva a procesos de pensamiento del tipo “me acerco y me doy un coscorrón”. Eso es aprendizaje. “Me gusta mucho pero, si me acerco mucho, me hago daño”, así que progresivamente va teniendo más cuidado y empieza a apoyar las manos antes que la cabeza.
- Jugar enfrente del espejo les va a ayudar en el dominio de la comunicación no verbal. Este lenguaje será fundamental a lo largo de toda la vida de la persona, sobre todo durante los primeros de vida y hasta que aprenda a hablar bien.
- El espejo facilita la adquisición del lenguaje. El niño se da cuenta de que, cuando emite un sonido, la boca y los labios se mueven de diferente manera, lo que le permitirá adquirir habilidades y las pautas necesarias para empezar a saber cómo se pronuncian las palabras.
¿Qué más beneficios tiene tener un espejo a la altura del movimiento del niño?
- Estimula la capacidad de atención y concentración, que irán aumentando progresivamente y le convertirán, probablemente, en un gran observador.
- Al contemplar su imagen descubrirá y reparará en detalles de su ropa, su pelo, orejas, boca, etc.
- Fomenta la sociabilidad. Al verse en el espejo y no reconocerse a sí mismo, se siente acompañado, y eso facilitará también la extroversión.
¿Compramos, entonces, un espejo?
Sí, conviene tener un espejo porque lo aprovecharán durante mucho tiempo. Os sorprenderá, porque se va a convertir en uno de los objetos “juguetes” que más le va a ayudar en su desarrollo.
¿Y cómo juego yo con mi peque ante un espejo?
Es una experiencia maravillosa. El niño se fijará en tu imagen más que en la suya porque a ti, madre o padre, sí os conoce, le sois totalmente familiares, mientras que su imagen le es desconocida por el momento. Cuando el niño que está viendo en la imagen le da un beso a su mamá o a su papá de la forma que habitualmente lo hace, se pondrá nervioso o inquieto, convirtiéndose en un motivo añadido para fijarse más en la imagen del espejo que le da besos a su mamá o papá.
Así que ya sabéis, ¡a mirarse en el espejo, que soy requeteguapo!
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