
Día de las familias
Hoy, Día de San Isidro, Patrón de Madrid, se celebra también el Día Internacional de las Familias, un día que se ha instituido con el fin de dar a la familia la importancia que se merece en la educación de los hijos desde la primera infancia.
La familia de uno mismo probablemente sea lo mejor y más complejo que tenemos.
Nuestra familia, ese lugar en el que siempre somos aceptados y valorados como somos: grandes, pequeños, gordos, delgados, más altos o más bajos, más inteligentes o menos, más o menos movidos, más cabezotas o más dóciles… lo que no significa que en esa aceptación no haya conflictos.
La convivencia genera conflictos, aunque es verdad que la familia extensa también complica la vida a la familia nuclear.
Lo que hay que tener claro es que tanto en la familia nuclear como en la familia extensa deben ser los progenitores los que siempre marquen su estilo educativo y los que dejen claro dónde se ponen los límites.
El niño también debe tener claro quién es cada cual y qué márgenes de acción tiene en cada lugar y con las diferentes personas que tiene en su familia y los que la rodean. La familia extensa no debería imponer, en ningún caso, ni su forma de actuar, ni su criterio personal hacia esa criatura, cuyos padres deben ser los primeros en decidir cómo proceder con esa criatura.
El papel de los abuelos
Los abuelos pueden ser claves para prestar una ayuda a los padres que por motivo de trabajo la necesiten. En estos casos estamos de acuerdo en que los abuelos deben ser otra figura de autoridad para los niños y, por tanto, los progenitores deben aceptar criterios educativos que quizá no compartan, pero no deben desautorizar en ningún caso la forma de actuar de los abuelos, aunque no sea exactamente la que ellos tendrían.
Tened claro que los niños sabrán perfectamente dónde están y con quién están en cada momento, por lo que lo normal es que el comportamiento de los pequeños en un lugar y en otro sea diferente, por mucho que haya una forma de actuar muy similar.
Si a una familia le genera en la pareja conflictos internos el cuidado de los niños por parte de los abuelos, debéis plantear de forma inmediata que los abuelos sólo ejerzan de abuelos y buscar a un tercero que cuide de vuestro hijo durante las horas que vosotros no podéis hacerlo. Por encima de todo, primero debéis cuidar vuestra relación personal como pareja y después como padres de la criatura.
También tenemos que referirnos a los modelos de familia en los que el niño es cuidado por la madre o por el padre de forma alterna y a los niños que forman parte de familias monoparentales.
En estos casos, lo más frecuente es que estos niños se vean atendidos por el entorno inmediato, por lo que hay más posibilidades de que los conflictos por la forma de actuar con el niño se incrementen.
En cualquier caso, y para cualquier tipo de familia, lo importante es hacer uso de la paciencia y el buen humor. Si dejamos a nuestros hijos en manos de los abuelos, tíos u otros familiares con el fin de que nos suplan unas horas, debemos aceptar lo que durante ese tiempo hagan con ellos, sin enfadarse si surge algún percance, porque sería muy injusto, ya que también se pueden hacer daño con nosotros. Lo que toca en estos momentos, siempre que necesitemos este apoyo en nuestra vida para que nuestro hijo esté bien atendido, es, por tanto, ver, oír y callar.
Y volvemos a recordar ese anónimo proverbio africano que tanto nos gusta: “Para educar a un niño hace falta la tribu entera”.
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