
Consejos para el veranito
¡Empiezan las vacaciones! Estamos emocionados y deseando salir de la ciudad para irnos al lugar elegido, pero no vamos solos, llevamos con nosotros un retoño, o más, que no paran, que no nos dejan descansar, que sólo piden jugar y que les hagamos caso.
Al principio se lleva bien, pero los días van pasando y, en ocasiones, acabamos más estresados que cuando estamos trabajando. ¿Es esto posible?
Sí, es posible, porque el verano trae momentos de un aburrimiento tremendo, muy bueno para la creatividad, pero nuestros pequeños trotamundos son aún tan pequeñitos que van a demandar la atención de papá, mamá o de los abuelos, porque no son aún capaces de aburrirse con tranquilidad, por lo que tenemos que buscar estrategias para que ellos estén muy entretenidos y, al mismo tiempo, podamos descansar.
Es normal que se nos acaben las ideas, es normal que no tengamos ganas de estar todo el día haciendo construcciones o tirados en el suelo, absolutamente normal, por lo que no nos tenemos que sentir mal con nosotros mismos en ningún momento, porque entretener a un niño durante 30 días y durante al menos 18 h es todo un reto. ¡Enhorabuena al que lo consiga y animamos a que comparta el secreto!
El juego en familia es muy enriquecedor, pero también queremos que compartan tiempo, si es posible, con sus iguales. Debéis tener en cuenta que, aunque parezca que están jugando juntos, no lo hacen, es un juego paralelo, un juego egocéntrico, pero que de alguna manera entrenará las tan importantes habilidades sociales que en un futuro próximo serán absolutamente imprescindibles para un buen desarrollo.
No los llenéis de trastos, tendrán unos minutos o menos de entretenimiento y luego, ¿qué?
Quizá con una simple toalla puede entretenerse un tiempo más o menos largo o con una caja de zapatos en la que pueda meter y sacar sus tesoros: unos trocitos de papel, un cepillo de uñas si puede ser de madera y cerda natural, un cepillo de pelo, un par de rulos, un trozo de lija fina y otro fuerte, una pelota sensorial, etc. En definitiva, lo que se os ocurra. Idle cambiado los trastos de su caja para fomentar el descubrimiento y la manipulación.
Dadles una revista del corazón con papeles brillantes y textura muy suave o un periódico reciclado llenos de textos en blanco y negro y con textura áspera y, si además es de esos enormes para que se enreden con él, sería perfecto.
Una cuerda donde pueda poner y quitar unas pinzas de la ropa o en el mismo tendedero, si llega, para que las quite y pueda colocar en otro lugar.
En la playa o piscina, jugad a la petanca, tirad aros de colores y los recogemos, haced flanes de arena y que los destruya, animándoles a que sea él quien lo construya también.
Evitad producir una sobreestimulación en el niño para que os duerma bien y os deje descansar. Cuanta más estimulación más actividad mental tiene la persona, peor para controlarla. Quizá tú y yo podamos controlarla pero un niño, no.
Os toca reinventaros y quizá con lo más bobo que tengáis va a ser con lo que mejor y más tiempo se entretenga ese pequeño trotamundo.
¡Feliz descanso y mucha paciencia! Tomaos las cosas a broma y todo irá infinitamente mejor.
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