
Adquisición de automatismos básicos en el niño (Parte III)
Son tres los automatismos básicos en el desarrollo del ser humano: la prensión, la locomoción y la motricidad gráfica.
Vamos a finalizar la adquisición de los automatismos básicos tratando el tema de la motricidad gráfica.
Recordamos que un automatismo es un acto intencionado (queremos hacerlo), complejo (no es fácil de hacer) y coordinado (necesito manejar las dos manos, dos dedos o los dos brazos) y que, una vez automatizado, se convierte en algo fácil y sencillo y no es necesario que la atención intervenga.
La motricidad gráfica es la capacidad de escribir o manipular determinados utensilios que sirven para dejar huella o un trazo sobre un determinado soporte. Es una de las destrezas más importantes que la persona tiene que adquirir porque la necesitará obligatoriamente para su adaptación al medio social.
Los primeros trazos que un niño realiza son por puro disfrute y no tienen significado alguno, pero poco más adelante esos trazos comenzarán a adquirir un significado importante.
Tres factores son los que intervienen en este automatismo:
- Motor. Se refiere a la capacidad de control neuro muscular y viene determinado por el nivel de maduración: presión del objeto o instrumento, postura del cuerpo, independencia funcional del brazo y de la mano y nivel de coordinación óculo manual.
- Perceptivo. Se refiere a la forma y características de los trazos realizados: la posición, la orientación de estos, el tamaño, la proporción, etc.
- El niño debe ser consciente o darse cuenta de las características del trazo para poder reproducirlo con eficacia.
- Será el aprendizaje de las nociones espacio-temporales lo que ayudará a reconocer las diferencias. Por ejemplo, entre fonemas que son muy parecidos (la p y la d, la q y la b).
- Representativo. Es el significado del trazo propiamente dicho, que puede ser personal (un dibujo libre) o codificado, como es, por ejemplo, la escritura.
¿Qué actividades se pueden realizar para desarrollar la motricidad gráfica en las edades más tempranas?
Todas las actividades y ejercicios que impliquen la manipulación de objetos favorecen la motricidad gráfica. Así mismo, las actividades de enseñar a mirar desarrollan y favorecen la capacidad perceptiva. Y, por último, el desarrollo de las de representación se logra viendo cuentos llenos de imágenes llamativas y comprensibles para ellos.
Las actividades que se refieren a la motricidad gráfica deben atender, para poder diferenciarlas, a la superficie dónde se trabaja, a la posición en la que se encuentra el niño, al tamaño del soporte, ya que dependerá de la tarea a realizar y de la capacidad del niño y, por último, de los útiles que se emplean.
- Superficie: a mayor amplitud, más apertura de movimiento, y, por tanto, menor precisión motriz: papel, cartón, pizarra, suelo, tierra, harina, etc.
- Posición: en horizontal, más apropiada para el trabajo en suelo, o mesa, en posición de sentado, menos aconsejable en las edades más tempranas, y en vertical, que les facilita más y es más adecuada porque les permite trabajar de pie y realizar trazos amplios.
- Tamaño: cuanto mayor sea el soporte, los trazos de los niños podrán ser más amplios y grandes, por lo que les resultará menos complicado la difícil tarea del control fino.
- Útiles: comenzar con las manos y sus dedos es lo más apropiado, y poco a poco se les ofrecerán instrumentos que impliquen aumentar progresivamente el nivel de dificultad en la realización de la actividad: pincel grueso, instrumento triangular grueso, cera gruesa y dura, esponjas, tizas redondas y cuadradas, lapiceros, rotuladores, etc.
Combinar superficies y útiles implica un resultado muy enriquecedor, por la cantidad de actividades que se pueden llevar a cabo: primero se comienza con la libertad en los trazos en cualquier superficie ofrecida y, poco a poco, se sugiere la realización de un tipo determinado de trazo: circulo, raya de arriba abajo, de izquierda a derecha, trazo más ancho, más estrecho, con curvas, puntos, etc.
Otras actividades muy interesantes son arrugar, rasgar y trocear papel de diferentes texturas, ensartar objetos, picar, colorear, etc.
Cualquier técnica de expresión plástica es maravillosa para desarrollar la motricidad gráfica y, con ella, expresar y crecer en creatividad.
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