
Grandes abuelos
Qué nos aportan los abuelos
Pasar unos días con los abuelos siempre es muy beneficioso, tanto para los niños como para los propios abuelos.
Pasar unos días fuera del ámbito familiar implica que los niños tengan que poner en práctica las normas aprendidas y a veces no llevadas a la práctica por el propio hecho de «estar en casa». También implica que asuman y acepten actitudes que son absolutamente necesarias para la convivencia en paz y que comprendan mejor los roles sociales que cada una de las personas tiene, reforzándose además los lazos sociales.
Con el fin de que los niños mantengan sus rutinas diarias, importantísimas para que todo funcione bien, hay que informar y charlar un rato con los abuelos, sin prisas, y transmitirles muy bien qué «obligaciones» y «encargos» hace el niño en casa, cómo colabora, qué es exigible y que no… en definitiva, pedirles que no rompan las rutinas.
Si no nos sentamos a hablar para explicarles en qué consisten dichas rutinas y no se cumple la pauta que se sigue en casa puede haber un problema a la vuelta. Volverá más mimosón, más pesado y, en algunos casos, con exigencias que antes nunca tuvo.
Es obligación de padres y madres la educación de sus hijos de la forma que creen más conveniente y suele ser habitual que los abuelos eduquen o “deseduquen” de otra manera. Sin embargo, a veces parece que los pequeños son más inteligentes que nosotros y son conscientes de con quien están y qué cosas están permitidas en un lugar o en otro.
Con la flexibilidad que merece el periodo vacacional, en ningún caso deberían romperse los hábitos de higiene y sueño y los hábitos de comida.
Hay que tener presente que lo mismo que les ocurre con nosotros puede pasarles estando con los abuelos: fiebre, una caída, un golpe más fuerte de lo habitual… Transmitidles que estáis completamente convencidos de que lo van a hacer fenomenal y de que si pasa algo, pues que no pasa nada, se arregla igual que en casa. Aunque es inevitable que se disgusten, lo importante es que no perciban enfado o excesiva preocupación por parte vuestra.
Otra cuestión es que abuelos hay por los dos lados. Compartid las visitas y las estancias para que no surjan conflictos familiares.
Por último, para incrementar la emoción del viaje con sus abuelos, implicadles en preparar su ropa, la bolsa de aseo, la mascota (si la tiene) … Lo que se os ocurra, pero que sea protagonista de la preparación de su salida de casa.
¡¡Una aventura maravillosa!!
Algunas situaciones para sopesar si es una buena ocasión para dejar al niño en casa de los abuelos son:
- Si ha tenido un hermanito o hermanita recientemente.
- Si está convaleciente aún de alguna enfermedad.
- Si a alguno de los dos padres lo ve especialmente poco por motivos de trabajo u otros.
- Si hay una especial ansiedad en la separación, nunca mostrar sentimientos de tristeza, al contrario: “¡¡Te lo vas a pasar fenomenal!!”, “Hablaremos por teléfono todos los días”, “las comidas de la abuela son fantásticas”…
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