
Control de esfínter
¿Cuándo hay que empezar el control de esfínter con con esfínter?
El inicio del control de esfínter queda marcado por la madurez del niño y forma parte del sentido denominado interocepción, el cual no es perceptible porque son sensaciones que provienen de los receptores de los órganos (interoreceptores) que son los que informan del hambre, ritmo cardiaco, temperatura, respiración, digestión y evacuación. Esta última es la que nos ocupa en este momento.
El control no depende de nadie, depende del niño, es un hito en su proceso de desarrollo y maduración como decíamos más arriba.
En el control de esfínter intervienen varios procesos:
1.- Ser capaz de controlar la musculatura que interviene en los esfínteres, lo que suele ocurrir entre los 24 y 30 meses. Para esto debe haberse producido la maduración fisiológica adecuada.
2.- Debe existir el control cortical, pero para que el niño aprenda a controlar voluntariamente debe ser supervisado y recibir ayuda en este proceso con el fin de que discrimine los momentos en los que puede relajar el esfínter y cuál es el lugar para hacerlo.
¿Cuáles son los indicadores que nos permiten saber que el niño está preparado?
- Le molesta el pañal.
- Reconoce que tiene caca y pide el cambio porque le molesta.
- El pañal permanece seco durante dos o tres horas.
- Modifica la postura y hace una pausa en el juego para relajar el esfínter y hacer pis o caca.
- Quiere imitar el comportamiento del adulto y se sienta en el inodoro.
- Comienza a ser autónomo y quiere hacer las cosas sin ayuda como desvestirse e incluso es capaz de ponerse algunas prendas de ropa solito.
- Cuando identifica perfectamente las partes del cuerpo.
- Obedece órdenes sencillas.
- Se mantiene sentado durante al menos dos o tres minutos sin necesidad de moverse.
- Mantiene el equilibrio para poder sentarse y no caerse.
- Conoce conceptos como dentro- fuera.
- Es capaz de expresarse.
¿Cómo trabajarlo en casa?
El éxito en el control de esfínter es no volver atrás una vez que se comienza.
Levantar al niño y llevarlo directamente al inodoro, quitarle allí el pañal y sentarle dos minutos es una toma de contacto excelente para el comienzo. Igualmente, antes del baño quitarle el pañal y sentarle de nuevo en el inodoro durante dos minutos. Si hace pis o caca hay que felicitarle siempre y, si no, no pasa nada.
Siempre actitud positiva y no enfadarnos nunca porque podemos producir un rechazo con miedo al control del esfínter.
El inodoro debe tener un reductor para que no tenga la sensación en ningún momento de que se va a colar. Nosotros no somos partidarios de usar orinales, pero eso queda a criterio de la familia.
Paciencia es clave para lograr éxitos pronto. Cuando un niño es consciente y tiene escapes debemos combinar el cariño con la firmeza a la hora de explicarle que él sabe perfectamente que eso se hace en el inodoro y no encima, por lo que debemos intentar que colabore en su proceso de cambio de ropa y que se dé cuenta de que no es cómodo estar mojado o manchado de caca.
Una acción coherente es indispensable para arraigar este hábito en el niño. No vale trabajar en la escuela, pero ponerle el pañal en casa, cuando viajo o cuando voy de tiendas.
No debemos hacerle nunca comparaciones con el amigo, vecino o hermano. Lo mejor que va a recibir el niño es la atención de los padres y su cariño en momentos difíciles de escapes.
Sería recomendable comenzar con regularidad. Aconsejamos poner una alarma y sentarle cada 20/30/45 minutos, o incluso cada hora, e ir distanciando este tiempo según los progresos positivos del niño. En este proceso es muy importante establecer rutinas.
Si es un niño con una regularidad en la deposición, hay que sentarle a esa hora para que pueda hacer la caca en el inodoro y no en el pañal.
El control del pis suele ser previo al control de la caca. Algunos niños tardan bastante en manifestar que quieren ir al baño, no seamos impacientes.
En ocasiones habrá que ofrecerles algún libro o juguete que les ayude a estar sentados más tranquilos y no tengan impaciencia por levantarse.
Una vez que el pañal diurno se quita, se debe mantener en la siesta y por la noche, e ir observando día a día cómo está el pañal de mojado. En el momento en el que el pañal de la siesta aparezca seco durante unos días, debe eliminarse, e igual con el de la noche.
Poco a poco podremos preguntarle, ¿quieres hacer pis? Y el niño reconocerá su necesidad e irá contento al baño.
Es importante que tengáis en cuenta que un niño que controla puede dar un paso atrás. No debemos nunca enfadarnos, pero sí ser firmes y muy cariñosos e intentar encontrar la causa de este retroceso para poder subsanarlo a la mayor brevedad posible.
Recordad que la Escuela Infantil estará ahí siempre para ayudaros y orientaros en este apasionante proceso de logros tan importantes y necesarios en la vida de la persona.
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