
Día Mundial de las Legumbres
Hoy nos hemos convertido en agricultores cuidadosos que miman la tierra, que la preparan y la riegan con cuidado para no encharcarla pero que a su vez tenga esa humedad necesaria para recibir algunas de esas semillas maravillosas que tanto nos alimentan y benefician nuestra salud: garbanzo, judías y lentejas.
Hemos trabajado el siguiente poema de Nilda Zamataro:
«La semilla dorada»
En su camita de tierra, descansaba la semilla dorada; algunas gotitas de la lluvia entraron a despertarla. El sol se acercó un poquito y le regaló su calor. La semilla rompió su traje, hizo fuerza… y se estiró. Se asomó muy curiosa y el mundo descubrió. Así la semilla dorada en planta se convirtió.
Leave a Reply